7 pasos a seguir si tu inquilino no te paga

Hay que reconocer que el mejor momento de un casero es cuando estamos en casa mirando el teléfono móvil tranquilamente y de repente salta una notificación del banco indicándo que hemos recibido la transferencia o el ingreso del alquiler de tu vivienda. Sin embargo no todo el monte es orégano. La vida del casero también sufre sobresaltos y, sin lugar a dudas, el mayor es cuando llega el quinto día del mes a las 23:59 y el dinero del alquiler no reposa plácidamente en tu cuenta. No cabe duda que vas a pasar una mala noche… Por eso nos preguntamos, ¿qué hacer si un inquilino no paga?

La obligación del casero es proporcionar un servicio -en este caso la vivienda- en perfectas condiciones de uso, solucionar todos los problemas que vayan surgiendo y si se diera la circunstancia mejorarla para que el/los inquilinos estén contentos en ella. Y el derecho más importante que tenemos, o la obligación más importante de los inquilinos es hacer efectivo el pago de las rentas mensuales en tiempo y forma. Por eso a continuación quiero daros una serie de claves para que, en el caso de que no haya pagado tu inquilino, todo vaya bien y sobre todo para que puedas dormir bien todas las noches, que al final es de lo que se trata.

¿Qué hacer si no te pagan el alquiler?

1. Estamos ante un momento complicado y por eso este consejo es el que menos os va a interesar, pero tal vez sea uno de los más importantes: Hay que mantener la calma, esto es un negocio y los negocios son así. Unas veces se gana y otras se pierde. Lo fundamental es que la situación no nos supere. Hay que afrontarlo con filosofía y que no nos afecte. Siempre hay soluciones y al final todo se termina arreglando. Puede ser un simple olvido o un retraso sin importancia. Por eso no vale la pena preocuparse de más. Normalmente las situaciones complicadas se arreglan solas, con un poco de paciencia y mano izquierda.

2. Nos ponemos en contacto con los inquilinos. Se les ha podido olvidar o puede que estén pasando alguna situación difícil. Los caseros somos personas y nos ponemos en el lugar del otro. Hablamos con ellos, que nos expliquen qué ha sucedido y se intenta solucionar la situación por las buenas. Siempre es la mejor opción.

3. Normalmente los inquilinos nos dicen siempre que nos quieren pagar. Acordamos un plazo con ellos o si están en dificultades podemos efectuar una rebaja durante un número de meses. Si se hace esto habría que redactar un anexo del contrato dónde se especifique la situación concreta y firmarlo casero e inquilinos.

4. Los inquilinos nos dicen que ya han efectuado el ingreso, pero nosotros no lo hemos recibido. Puede darse está situación, es común. En este caso, les pedimos que nos envíen el justificante del ingreso para quedarnos tranquilos.

5. Después de un periodo de tiempo prudencial -en nuestro caso otorgamos una semana de cortesía- y sin rastro del dinero ni de un justificante de pago lo mejor es pasar de la espera a la acción. No es aconsejable dejar pasar demasiado tiempo. Llamamos al seguro y empieza el proceso de desahucio. Nosotros siempre alquilamos con un seguro de impago o al menos con un seguro de alquiler con defensa jurídica que cubra el proceso de desahucio incluyendo abogado y procurador. Es lo mejor, así no tendremos que preocuparnos por nada.

6. Una vez que comienza el largo proceso de desahucio los caseros ya no tenemos que volver a comunicarnos con nuestros inquilinos. En el caso de que paguen y se pongan al día habrá que informar al seguro para cerrar el siniestro. Aunque nuestra experiencia nos dice que sí no pagan un mes no pagarán dos. Pero podría pasar. Puede ser que solo se debiera a un retraso por circunstancias que solo sabrá nuestro inquilino.

7. En este punto y si el proceso continúa abierto, nosotros solo nos comunicaremos con nuestros abogados y estaremos cobrando la mensualidad durante un año del seguro de impago que previamente hubiéramos suscrito.

Un proceso judicial de cualquier tipo no es plato de buen gusto. Debería ser la última de las soluciones, pero tampoco hay que olvidar que esto es un negocio y que en muchas ocasiones los caseros comemos de nuestro piso alquilado o simplemente muchas de nuestras obligaciones económicas dependen de que nuestro inquilino pague, según se firmó en el contrato de arrendamiento.

Como veis el proceso de impago no es duro solo para el inquilino, también lo es para el casero. Por eso es muy importante hacer una buena selección de la persona que va a alquilar nuestra vivienda, pero eso lo trataremos en otro post más detenidamente.